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Nuestra agenda de innovación para 2018


Trabajando por una agricultura más competitiva, eficiente y sostenible

El uso intensivo de las nuevas tecnologías, la gestión eficiente del riego, el incremento de la productividad, la mejora de la sostenibilidad y las relaciones entre alimentación y salud centran el plan de trabajo del área de Innovación Agroalimentaria de Cajamar durante el próximo año

Nuestra agenda de innovación para 2018

La labor de innovación y transferencia agroalimentaria de los centros experimentales de Cajamar, referentes de la agricultura intensiva mediterránea, se basa en el contacto permanente con todos los agentes de la cadena de valor. En este espacio para la innovación confluyen en la actualidad las demandas de los productores, el conocimiento científico-técnico aplicado y los nuevos desarrollos empresariales en la economía real. De esta forma, se promueve la participación activa de agricultores, ingenieros, profesionales y empresas en los diferentes programas de I+D, en colaboración permanente con otras entidades, instituciones académicas y centros tecnológicos, en el contexto de la estrategia europea ‘Horizonte 2020’.

De cara a 2018, los objetivos del área de Innovación Agroalimentaria de Cajamar se centran en el uso intensivo de las nuevas tecnologías aplicadas a la agronomía, la generación de valor añadido, la eficiencia en el aprovechamiento de los recursos disponibles y la diferenciación comercial en un mercado cada vez más global. A partir de estas premisas generales, el trabajo experimental y de transferencia de resultados se organiza en torno a cuatro grandes líneas: bioeconomía, agrosostenibilidad, alimentación saludable y tecnología de invernaderos.

Valorización de subproductos y uso de microorganismos

Nuestra agenda de innovación para 2018

La aplicación del nuevo paradigma de la bioeconomía busca incrementar la productividad de nuestras explotaciones a través de la intensificación tecnológica y el aprovechamiento racional y eficiente de los recursos renovables de base orgánica. En los centros experimentales de Cajamar en Almería y València se desarrollan trabajos centrados  en la valorización de subproductos para la obtención de compuestos de alto valor para la industria agroalimentaria, como envases sostenibles con propiedades mejoradas, aditivos o conservantes para la preparación de alimentos saludables, así como la utilización de microorganismos como estimulantes de la producción agraria, en nuestro caso bacterias y microalgas principalmente, para el desarrollo de bioestimulantes y bioplaguicidas, así como la biodepuración de aguas o su aplicación en alimentación humana y animal.

Entre los proyectos más relevantes en los que participamos junto con otros agentes del sistema de innovación de nuestra agricultura, destacan los relativos al desarrollo de bioplásticos e ingredientes bioactivos; el tratamiento de residuos en plantas de biomasa instaladas en las propias explotaciones, permitiendo la producción y autoconsumo de bioenergía y biofertilizantes de reducida huella ambiental y alta calidad higiénica; la aplicación de bacterias como mejoradores de las propiedades del suelo; y la búsqueda de principios activos de base biológica con capacidades bioestimulantes, antifúngicas y nematicidas.

Eficiencia y sostenibilidad, objetivos prioritarios

La apuesta por el uso racional de unos recursos cada vez más escasos, como el agua o el suelo, no solo suponen un ahorro de costes y la reducción del impacto ambiental de la actividad agrícola, sino que además añade valor a nuestras producciones, ayudando a consolidar una imagen de marca diferenciada en los mercados de destino y a mejorar la reputación del sector en su conjunto. En este sentido, los trabajos en relación al agua han sido una constante en la trayectoria de la Estación Experimental Cajamar, buscando la incorporación permanente de tecnologías que a su vez reduzcan los costes energéticos. El proyecto europeo ‘Fertinnowa’ es un claro ejemplo de ello, con el objetivo de crear una base de datos de metaconocimiento sobre el uso de tecnologías innovadoras y prácticas de manejo en sistemas hortofrutícolas con fertirriego.

Nuestra agenda de innovación para 2018

Otra vía que puede facilitar una rápida renovación y mejora de la rentabilidad en la mayoría de los cultivos es la incorporación de nuevo material vegetal, contribuyendo también a diversificar nuestra producción agrícola. En este sentido, el proyecto ‘TomGem’ pretende identificar cultivares/genotipos que mejoren su productividad y calidad bajo condiciones de alta temperatura; mientras que la iniciativa ‘Europapaya’ trabaja en la puesta a punto del manejo y las técnicas agronómicas necesarias para cultivar con éxito la papaya en invernadero, garantizar su calidad organoléptica y optimizar su vida poscosecha.

Finalmente, la gestión integrada de plagas y enfermedades debe combinar todos los métodos al alcance para disminuir los daños, haciendo especial hincapié en las medidas preventivas y en la lucha biológica como principal herramienta de control. En este contexto se trabaja en establecimiento de setos con plantas refugio de enemigos naturales dentro y fuera de los invernaderos, la actualización de los protocolos de control integrado y en herramientas de ayuda a la toma de decisión (DSS) en tomate.

Una alimentación más saludable

Nuestra agenda de innovación para 2018

Las producciones mediterráneas son clave en cualquier dieta equilibrada y saludable, por lo que hace tiempo que nos propusimos poner en valor las cualidades nutricionales de nuestra oferta. Para conseguirlo colaboramos con diferentes centros de investigación y empresas en la caracterización nutricional de las materias primas, la búsqueda de propiedades preventivas, el desarrollo de nuevos alimentos enriquecidos y nuevos formatos que conserven mejor las propiedades saludables con ayuda de la biotecnología y tecnologías alternativas, y la identificación de nuevas funcionalidades de esos mismos alimentos. Estamos enriqueciendo alimentos procesados (gazpachos, salsas y zumos, entre otros) tanto en nutrientes como en sustancias bioactivas, haciéndolos mucho más eficiente desde el punto de vista saludable, y estudiando sus efectos en la salud humana. Con todo ello, pretendemos contribuir a la adquisición de hábitos saludables entre la población en general y detectar los efectos preventivos de ciertos alimentos en el caso de segmentos específicos

Asimismo, en el ámbito de la poscosecha nuestro objetivo principal es preservar la calidad minimizando el uso de productos químicos de síntesis, para lo que estamos trabajando con el uso de recubrimientos comestibles de jugo de Aloe vera y nuevos envases biofuncionales que aumenten la vida útil de frutas y hortalizas.

El invernadero del futuro

El invernadero es desde hace décadas una herramienta fundamental para garantizar la disponibilidad de alimentos para una población mundial cada vez mayor, especialmente en climas templados y semiáridos. El cultivo bajo abrigo del futuro pasa por la eficiencia en el consumo de recursos, la diversificación de cultivos y calendarios de producción, la potenciación del uso de energías renovables y el incremento de la mecanización, la robotización y la automatización. Para ello, en los centros experimentales de Cajamar se desarrollan ensayos con empresas especializadas dirigidos a mejorar las características de los plásticos, como la transmisión de la radiación o su resistencia frente al uso de azufre y cloro, lo que reduce su impacto medioambiental y facilite su reciclado, así como en nuevos sistemas de semiforzado y el desarrollo de mantas térmicas aditivadas mediante repelentes de origen natural para hacerlas más eficientes frente a las plagas.